La presente reseña comenta el libro Extremos del Volumen, de Valeria Radrigán y Tania Figueroa, destacando la capacidad que tiene el texto de plantear cómo el mundo ha devenido imagen. Dentro de esta nueva estructuración perceptual se reflexiona cómo el propio cuerpo ha devenido, asimismo, imagen y debe “circular” siendo fiel a la lógica estructural de nuestro modelo económico.