El año 2023, mirado desde Chile, es sin duda una fecha significativa. Se cumplen 50 años del Golpe Militar, lo que condensa medio siglo desde una experiencia traumática que, aún, gravita en la actualidad.
Se suele comentar que nuestro país es una isla y, sin duda, debemos reconocer que es un territorio austral, destino final de viajes, nunca tránsito a otros sitios. A pesar de ello, si ampliamos la mirada, podemos ver que la nuestra ha sido una historia común. Que no somos los únicos que nos enfrentamos a hechos que necesitamos revisitar y re-procesar desde el arte, sino que formamos parte de un conjunto de naciones que, dentro del mapa de distribución de privilegios han quedado subordinadas y, por lo mismo, han sido intervenidas cada vez que hemos intentado modificar dicha condición.
La historia de Latinoamérica es, desde la independencia, la historia de sus luchas político-económicas, cuyo correlato han sido las pugnas ideológicas por alcanzar el poder del Estado. Sin duda, las personas que vivimos aquí, no podemos dejar de hablar de ello. Tal vez por eso nuestra postmodernidad -o posdramaticidad escénica-, es más formal que temática. Raramente podemos separar el arte de la política, volviendo siempre a proponer una reflexión acerca de los modos de distribución del poder, desde los mundos ficcionales. Un conflicto -materia vertebral de lo escénico- que se vive cotidianamente desde todos los frentes posibles: las urnas, las calles y, también, los escenarios.
Este número, de marcada condición latinoamericana, así lo demuestra, nuevamente.
El primer artículo, escrito por Paula Tortosa y Denise Cobello, explora, mediante el análisis de la obra Turistas y exiliades, la forma de representación del exilio y la cuestión de la extranjería en el teatro independiente de Buenos Aires, problematizando la noción de fracaso como posicionamiento político, para re-pensar la categoría de la víctima.
El segundo, de Leticia Sena, propone, a partir de un acercamiento al proceso creativo de Los ahogados, observar cómo los objetos se constituyen como artefactos que permiten visualizar la memoria de la dictadura argentina, elaborando, transformando, construyendo y disputando la memoria oficial.
El siguiente texto, de Alejandra Morales, aborda las disputas de poder desde la perspectiva de lo femenino, explorando el modo en que su representación se rearticula a través del lenguaje artístico, buscando superar la dificultad y levantar un discurso que dispute el relato impuesto por la cultura patriarcal.
El cuarto artículo, de Miguel Nigro, intenta extender las categorías de lo escénico, incorporando la magia, en tanto arte que escenifica los principios del engaño, en un contexto lúdico. El análisis propone categorizaciones estructuradas a partir de los territorios en donde los objetos se exhiben, se institucionalizan, se programan y se ponen en acción.
Finalmente, el último texto se centra en una experiencia aplicada, demostrando que el teatro promueve la interacción entre los jóvenes, a pesar de la modalidad online, constituyéndose como una herramienta que funciona en diversos formatos, al generar espacios de reflexión, imaginación y amistad, logrando acuerdos entre los pares.
Siguiendo con las otras secciones, presentamos la reseña del libro ¿Teoría y/o Práctica? Los saberes integrados en las artes escénicas contemporáneas, que corresponde a la publicación de ponencias del XI Encuentro Teatral en Valparaíso, realizado el año 2017 por la Carrera de Teatro de la Universidad de Playa Ancha. El texto, que corresponde a una edición del sello editorial Punta Ángeles de la propia universidad, es producto de la reflexión de un conjunto de autores quienes exponen sobre la actual deslimitación entre teoría y práctica, que presenta el campo al día de hoy.
Publicamos, también, un comentario crítico sobre la puesta en escena De cuando Clitemnestra lloró y a nadie le importó, estrenada el 2022 por la Compañía Escena Trvgica. La obra, creada y dirigida por Carina Aspillaga, resignifica hechos planteados en La Orestíada, de Esquilo, y nos invita a introducirnos en las voces de mujeres y disidencias, reconfigurando el rol delos personajes de mujeres y hombres dentro de la historia.
Difundimos y presentamos, también, la obra Los niños caca, escrita por Carla Avilés y estrenada bajo la dirección de Javiera Vilches, en el marco de la Muestra de Nuevas Directoras Porteñas, en agosto de 2017, en la Sala Negra de la Universidad de Valparaíso.
Finalmente, y como un reflejo del creciente interés por este tipo de formato, en este número incluimos dos entrevistas:
La primera, realizada por Daniela Wallffiguer a la actriz Orietta Escámez, en diciembre del año 2020. En ella, podemos conocer los orígenes de su trayectoria escénica en Concepción, hasta su posterior desarrollo en la ciudad de Santiago, reconstruyendo con su relato una parte de la historia teatral chilena.
La segunda, realizada por Verónica Aguada, transcribe el diálogo sostenido con el director cordobés Paco Giménez, quien conversa acerca de sus modos de creación. Revisa el vínculo dirección-actuación dentro de su propia experiencia artística, dando cuenta de su posicionamiento en l teatro, tras una dilatada carrera en las tablas.
Tras lo anterior, ponemos fin a la edición 14 de nuestra revista -correspondiente al segundo semestre de 2022-, y les adelantamos que nuestro próximo número presentará una nueva imagen, acompañada de una nueva dirección, como modo de hacernos parte de la necesidad de cambio y evolución de nuestra sociedad.
Gracias por acompañarnos, por la participación y el afecto.
Dra. Verónica Sentis Herrmann